DOIS POEMAS CHILENOS
Ferreira Gullar
I
Cuando llegué a Santiago
el otoño arrancaba por las alamedas
como un ladrón
Latifundios con nombres de personas, familias
con nombres de empresas
también arrancaban
con dólares y dolores
en el corazón
Cuando llegué a Santiago en mayo
en plena revolución
II
Allende, en tu ciudad
oigo cantar esta mañana a los pájaros
de la primavera que llega.
Pero tu, amigo, ya puedes escucharlos
En mi puerta los fascistas
pintaron una cruz de advertencia
Pero tú, amigo, ya no la puedes borrar
En el horizonte repican
esta mañana las metralletas
de la tiranía que llega
para matarnos
Y tu, amigo,
ya ni siquiera las puedes escuchar.